sábado, 5 de mayo de 2007

Ah qué pinches gringos...


En cuanto cruzas la pequeña puerta de alambre y entras a México, te sientes como si acabaras de escabullirte de la escuela, después de decirle a la maestra que te sientes mal y ella te dice que puedes irte a casa, a las 2 de la tarde... miras a tu alrededor y ves rostros felices y sonrientes, o rostros oscuros de amantes preocupados, y padres y policías, oyes música de cantina del otro lado del parquecillo de globos y paletas heladas... Pasas sediento por las puertas giratorias de una cantina y pides una cerveza en la barra, y volteas, y hay tipos jugando billar, preparando tacos, sombrerudos, algunos llevan armas en el cinturón de ranchero, y grupos de hombres de negocios cantando... Es muy agradable llegar a la Tierra Pura, sobre todo porque está cerca de Arizona y Texas, y de todo el suroeste, pero se puede sentir esa sensación, lo que sienten los campesinos por la vida, la alegría intemporal de quienes no se preocupan por los grandes problemas culturales y de la civilización.

Jack Kerouac, Lonesome Traveler.

2 comentarios:

Francisco Serratos dijo...

Kerouac es uno de mis favoritos. Y tiene mucha razòn en lo que dice. Por cierto, esa traducciòn es horrible, aunque muy pocas son las que existen en español de los beats.
Saludos.

Anónimo dijo...

México y Estados Unidos: esa visión de fascinación y recelo por el otro.

He leído casi nada de ese escritor, pero se nota interesante.

Primera visita a este blog, saludos!